Sobre mí

25 de mayo de 2025

Soy programador, pero durante mucho tiempo tuve en mente una idea distinta: ser bartender.

Antes de emigrar de Venezuela, estuve a punto de comenzar una capacitación de seis meses con certificación incluida. Me gustaba la idea de tener una habilidad útil y sencilla para ganarme la vida si lo necesitaba. Pero por temas de urgencia, tuve que salir del país antes de comenzar el curso.

Ya en Perú, con otras prioridades, esa curiosidad por la coctelería quedó en pausa. Hasta ahora. Con un trabajo estable y algo de espacio para los hobbies, decidí darme el gusto de retomarla. Mi primer paso fue tomar un curso en línea, y con una botella de vodka (y otra de whisky que tenía guardada), comencé a practicar. Preparé mis primeros tragos: un Whisky Sour y un Moscow Mule.

Desde entonces he seguido aprendiendo. Compré amargo de Angostura, experimenté con sabores, y hasta he preparado ponche crema, una bebida venezolana a base de flan y ron que me conecta con mis raíces. En Venezuela, el ponche crema no faltaba en diciembre, y los tragos improvisados entre amigos eran más sobre el compartir que sobre el alcohol. Eso me marcó.

No soy bartender profesional, ni pretendo serlo. Tampoco busco promover el consumo excesivo. De hecho, desde joven he visto de cerca lo que el alcohol puede provocar en exceso, así que siempre he tenido una relación tranquila y consciente con él. Me interesa la coctelería por el arte de mezclar, de equilibrar sabores, y por la experiencia que puede brindar un buen trago bien hecho.

A veces me sale perfecto. A veces no tanto. Pero siempre lo sirvo con ganas.

Hoy no busco títulos ni barras llenas. Busco momentos. Y si un buen trago puede crear uno, quiero aprender a hacerlo bien.

Este blog nace de ahí: de las ganas de aprender a mi ritmo, compartir lo que descubro y disfrutar el proceso.

Agítalo Suave es mi bitácora de ese camino.